Los paradigmas del arte político, de Jacques Rancière. Introducido por Rubén Díaz de Corcuera.

Ensayo crítico sobre las posibilidades políticas del arte.

Escribe aquí Jacques Rancière: “Lo que se opone a las dudosas lecciones moralistas de la representación, es sencillamente el arte sin representación, el arte que no separa la escena de la actividad artística de la vida colectiva.”

Lo que se opone eficazmente a ese fallido arte de intención político-moral sería, parafraseando a Rancière, eso que se ha dado en llamar anti arte. La antigua corriente del arte moderno consistente en el arte que cava su propia tumba como arte. En este caso, en aras de la eficacia política y moral.

Pero las consecuencias de la superación del viejo régimen de la mediación representativa, en el que naufragaban una y otra vez las posibilidades político morales del arte, parecen haber sido, por un lado, la irrelevancia política , y por otro, el abandono del régimen estético del arte (y está por ver si el arte como tal depende enteramente o no de ese régimen).

Y esta es la cuestión que  Rancière coloca en el centro del debate, la decisión difícil a la que se ve abocado el arte político en el momento actual: disolver o no el arte en la vida colectiva, que es lo político, arriesgándose a quedar en tierra de nadie, a caer, por un lado, en la irrelevancia política (lo que es discutible) renunciando, por el otro, a la cobertura especial del régimen del arte, el régimen de lo estético (también discutible ).

Texto completo en: Los paradigmas del arte político. Jacques Rancière.

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