La identidad del arte en la vida laboral. Reflexiones en torno al LAN Festival Audiovisual Obrero 2019

El Festival Audiovisual Obrero, LAN[1], surgió en 2017 a partir del interés por promover el valor del imaginario del ámbito obrero como parte de la memoria histórica y colectiva del contexto local y fabril del País Vasco (Sánchez Duro, 2019). De tal modo, que  emergió con la intención de crear espacios de encuentro y comunicación, de intercambio de ideas para enlazar y dignificar dos ámbitos de la vida en sociedad, el obrero y el contexto laboral, ya que cada vez es más necesario activar la creatividad unida al trabajo colectivo, como alternativa para posibilitar cambios y transformaciones.

De esta forma, el festival, en su propia definición, se identifica como

Un contenedor de ideas e imaginarios obreros a través del audiovisual y otras expresiones artísticas contemporáneas, buscando a través de este vínculo, el desarrollo y la valoración de proyectos en diferentes formatos que recojan aspectos de la realidad obrera como son sus rasgos identitarios, su estética, su entramado social y asociativo, su arquitectura, su capacidad de lucha y adaptación y, sin duda, la memoria histórica y colectiva (Díaz, Itxaso y Pérez, Fernando, 2019)

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En correspondencia con su carácter identitario, en su edición 2019 el festival LAN —en colaboración con la Universidad del País Vasco— llevó a cabo la exposición “Tras la marcha del hierro”, la cual consiste en desarrollar una serie de ejercicios de apropiación en torno a la “Marcha del hierro” y la realización y trasmisión de obras en formato de cortometraje documental monocanal e instalación, a cargo de alumnos del Máster de Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU.

Como parte de los proyectos que se realizaron desde 2018, desempeña un papel fundamental el interés por  reivindicar el papel de la mujer durante el proceso, explorando los espacios y los recorridos de la marcha, con el fin de recuperar la memoria de este hecho simbólico para la lucha obrera del sector local.

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Esta exposición, coordinada por MawatreS e Itxaso Díaz y en colaboración con Arantza Lauzirika, aloja siete obras de artistas de Madrid, Galicia, Zaragoza, Extremadura, Italia, Portugal y una obra invitada como enlace entre Latinoamérica y Euskadi. En este sentido, el excelente resultado de los trabajos expuestos refleja de una manera creativa y acertada, aspectos de la realidad obrera local de la época y en torno a esta marcha se generan vínculos con el presente y se traza una línea hacia el propio territorio e identidad del artista, para invitarnos a reflexionar sobre la realidad actual en el contexto laboral y social como fenómeno global. Cabe destacar, por ello, la participación local, estatal e internacional de jóvenes artistas estudiantes, mujeres en su mayoría, que, a través de su reinterpretación, lograron expresar su visión y postura frente a esta temática, cumpliendo profesionalmente con las expectativas y los objetivos del festival.

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En este sentido, y en lo que se refiere al vínculo con Txt lab[2] en LAN 2019, se destaca el hecho de la participación activa de artistas, no solamente en cuanto a la creación audiovisual, sino a través de los distintos proyectos y de esta exposición en particular. Personalmente, escuchar en palabras de las artistas su propia experiencia ante el proceso, desarrollo y conceptualización de la obra, es siempre algo enriquecedor en todos los aspectos. Y fundamentalmente, charlar con algunas de estas jóvenes artistas de manera relajada y cercana sobre su participación, les permite expresar algunas ideas en torno a la temática, encendiendo así algunas chispas para reflexionar profundamente sobre la identidad artística en el ámbito laboral y más concretamente, en el personal.

De este modo, saltan a la luz algunas cuestiones, como la distinción y la marginación que en general padecen dentro del gremio artístico; escuchando frases como que “el artista no trabaja”, entre otras expresiones; cuando la realidad es que, y en la mayoría de los casos, idear como compatibilizar la actividad artística con la vida laboral y demás actividades que demanda la existencia, ya es de por sí, un trabajo.

Por otro lado, en contraste con esto, la idealización del artista a través de los medios masivos e instituciones que legitiman y determinan un tipo de arte o artista, visibilizando sólo lo que unos consideran que debe ser la identidad del artista, son aspectos que obstaculizan y dificultan la posibilidad de poder vivir del y con el arte como cualquier trabajo. Éstas son algunas de las cosas que uno en la posición de artista sin recursos, se suele plantear diariamente, y la razón por la que muchas y muchos opten por renunciar al arte, pasando a ser sólo en un pasatiempo o a una simple actividad de ocio terapéutico. Asimismo, hay quienes optan por resistir, y como en muchos casos, esas y esos artistas son los que han sido partícipes de grandes transformaciones sociales.

Y aunque lo anterior suene utópico, existen múltiples referencias en las que se puede observar las relaciones entre el arte y su actividad dentro del sector obrero, revisando la trayectoria de artistas cercanos que han sido fuente de inspiración para muchas y muchos artistas en México y, particularmente, en la trayectoria artística profesional personal.

Estas referencias, vuelven a la memoria, gracias a este vínculo con LAN, ya que, en ellas se manifiestan claramente la relación entre el arte y la clase obrera en el contexto mexicano de los años sesentas y setentas. Tal es el caso de artistas como León Chávez Teixeiro, uno de los más significativos en este ámbito, que representa la memoria viva de la historia mexicana y las luchas obreras de aquellos años, algunas de ellas, todavía en vigor como el re-levantamiento Zapatista en los noventas y muchos otros movimientos. Pintor, perteneciente al movimiento de “la ruptura” y cancionista, León es un artista entregado fielmente a la lucha obrera, por lo que renuncia radicalmente y se mantiene al margen del arte como objeto mercantil.

Actualmente activo a través de sus canciones, expresa aspectos de la vida cotidiana de la clase trabajadora, de la que fue testigo y partícipe, recreando escenas o dibujando espacios que nos transportan por aquella realidad en la Ciudad de México. Por lo que, León Chávez es para muchos un referente de la música popular contemporánea mexicana, aunque para muchos otros, un artista aún desconocido. Por ello, recientemente se está presentando el documental Mujer, se va la vida, compañera. Un canto de lucha y libertad de León Chávez Teixeiro, dirigido por Mariana X. Rivera, en el que se rescatan testimonios, anécdotas y documentos que reflejan aspectos de esta realidad, de la historia y de la identidad de las clases populares en México a través de la mirada de este artista y su entorno cultural.

Por otra parte, la obra de Judith Reyes a través del canto y la composición de corridos es también una obra digna de documentar, pues expresa y refleja el sentir de la realidad de los movimientos revolucionarios. “Judith decide tomar el corrido como forma musical por su calidad testimonial y para integrar, por su carácter épico, las historias de trabajadores, campesinos y luchadores sociales”. (García, 2005: 19).

En el libro Judith Reyes. Una mujer de canto revolucionario. México 1924/1988, la autora Liliana García Sánchez recoge algunos de los sucesos en que la cantante fue testigo de las distintas luchas que estaban en plena efervescencia por aquel entonces: “Su vida permanece íntimamente ligada a su obra. No hay una canción de ella que no hable sobre hechos y situaciones que ella compartía con los campesinos, los obreros, los estudiantes o la sociedad civil”. (García, 2005: 18).

Por lo que Judith Reyes es, al igual que León Chávez, una artista que renuncia al modo de vida comercial y privilegiado para entregarse hasta las últimas consecuencias a las luchas populares. Finalmente, muere en la pobreza quedando prácticamente en el olvido, por lo que la autora Liliana García, junto con otros artistas, periodistas, entre otros, decide homenajear y documentar la vida y obra de Judith Reyes en este libro.

Esto lleva a establecer una cierta relación, que surge de reflexionar sobre la importancia del trabajo audiovisual y su carácter documental en relación con la realidad obrera como eje de este festival, en la que existe la posibilidad de explorar a partir de una serie de datos y archivos a través de la experimentación plástica, permitiendo dar continuidad a la creación artística, y a los modos de expresión acordes a los tiempos que vivimos.

Para concluir, solamente queda recalcar la importancia de la participación artística en la sociedad y la necesidad de estos espacios de expresión como los que ofrece el Festival LAN. Felicito al equipo organizador y a sus participantes por la labor y agradecer la oportunidad de ser partícipe al menos de una pequeña parte de este ciclo, permitiendo mirar de nuevo hacia las propias raíces, principios y valores heredados por los ancestros y que tanto han trabajado para que podamos ser lo que ahora somos.

En memoria de Enrique Cisneros El llanero Solitito (1948-2019), símbolo de la identidad mexicana, del arte obrero, héroe y luchador social.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] En euskera el vocablo Lan significa trabajo, lan egin: trabajar. Quizá, esta explicación resulte un tanto obvia en el contexto local; sin embargo, quisiera compartir con los lectores fuera del territorio vasco el origen de esta palabra, lo cual puede ser un buen conector para contextualizar las actividades y proyectos que se desarrollan dentro del marco del Festival Audiovisual Obrero LAN, 2019. Aunado a lo anterior, es interesante enfatizar el sentido y los usos de la palabra lan, como origen conceptual del festival y su aplicación en la vida cotidiana del País Vasco, ya que supone una forma de relación y de organización particular, basada en la solidaridad y el intercambio comunitario. Tal es el caso del término auzolan, que se refiere al trabajo comunitario, auzo=barrio, lan=trabajo. Práctica que tiene sus raíces en los trabajos de la vida rural de los baserris o caseríos, y cuya actividad ha sido trasladada a la vida urbana como consecuencia de la transformación y el desarrollo industrial. Sin duda, se trata de una herencia ancestral y un rasgo distintivo de la identidad del pueblo euskaldun, indispensable para conocer y comprender mejor su cultura, de la cual, mucho se puede aprender.

[2] Txt Lab desde el espacio personal de escritura como integrante del grupo y desde el contexto universitario del País Vasco, la identidad de este espacio es extra-territorial. Lo que significa que busca establecer enlaces de comunicación y conexión con otras identidades, así como con otros lenguajes no necesariamente artísticos, en un intento por abrir puertas y ventanas al conocimiento desde el enfoque y en la práctica artística contemporánea, que es nuestro punto de partida y nuestro trabajo en Txt Lab, y ahora, el punto de enlace con LAN.

 

 

Referencias:

Díaz, Itxaso y Pérez Fernando. 2019. «Festival – LAN. Festival Audiovisual Obrero. Bilbao». LAN Bilbao (blog). 2019. http://www.lanfestival.org/festival/.

García Sánchez, Liliana. 2008. Judith Reyes. Una mujer de canto revolucionario. México 1924/1988. Ediciones Clandestino. México.

Sánchez Duro, Oihane. 2019. «CAMINANDO SOBRE HIERRO». TXT lab: Campo de pruebas para las relaciones entre texto y arte (blog). 9 de mayo de 2019. https://txtlab.art.blog/2019/05/09/caminando-sobre-hierro/.

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