LA RECONSTRUCCIÓN ESPECULAR. Rakel Gómez Vazquez

Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.

Jorge Luis Borges [1]

La imagen asimétrica que se espeja en la contrapágina parece una huella que la impresión aún mordiente ha dejado por contacto. La imagen como huella es el principio de la concepción de la propia imagen. El rastro que se deja al caminar sobre, las marcas que dejamos en el territorio por habitarlo y así también la falta o la desocupación de algo cuando no está, lo que queda.

El fotolibro como soporte de un proyecto es también lo que queda de manera permanente y como visualización completa (si podemos hablar de completitud cuando se incluye la edición, el laboratorio como lugar de trabajo que define, descarta y también almacena para otros futuros ( o no ) procesos embrionarios de un proyecto que tiene formas procesuales como el trabajo de campo o efímeras como la exposición, la instalación o la charla). 

Si la intención de este escrito fuera contar el libro The Saxons of Transilvania [2] de Pascual Martínez y Vincent Sáez se diría que estoy empezando por el final o las últimas páginas que son además las del capítulo titulado precisamente “The last Saxons”. Pero mi intención no es la de universalizar mi/la lectura y el tema, ya que entiendo que a cada lector le corresponde experienciar la visualidad y el carácter narrativo de la concatenación de imágenes y textos. Una experiencia subjetiva y probablemente diferente en cada lectura, incluso siendo el mismo lector, que nunca es el mismo ya que no es nunca el mismo tiempo. Mi propósito es reflexionar sobre mi propia experiencia con estos últimos retratos, siempre me quedo hipnotizada por la aridez onírica después de todo lo anterior. Hablar de estas imágenes especulares del final del libro es una excusa para pararme a analizar el volcado de todo un trabajo en este nuevo objeto que es el libro y repensar conceptos de identidad, cultura y memoria. La imagen especular reflejada como recurso narrativo desde el que detenerse a observar. Siguiendo con lo arbitrario de hablar del final, cuando me refiero a imágenes que aún ocupando este espacio  final dentro de este orden secuencial fueron en realidad los inicios y germen del proyecto. Marlene, que está entre los sajones que se reconocen y encuentran al final de una historia personal y simbólica de esta identidad, es de hecho la persona que proporcionó el material fundamental para que The Saxons of Transilvania naciera a continuación de The tree is eternally green [3]. Esta anécdota que no es esencial conocer, ya que pertenece a “la cocina” o laboratorio, y como parte de cualquier proceso creativo es siempre algo que permanece en el adentro en pos de nuestro resultado, ironiza sobre este final en la comprensión y construcción de la temporalidad narrativa. Vuelvo a la asimetría de la imagen poética, concisa. La identidad y el ojo a uno mismo, yo y el otro enfrentados. La historia del flautista de Hamelin al comienzo, una historia universal y colonial que ha opacado cómo se avanzó y se tomó un territorio e identidad cultural en Rumanía, y al final estoy aquí, viendo a sajones contemporáneos diferentes pero semejantes a nosotros. Contemplo y no busco la visión sino el déjà vu de todo lo que anteriormente he recorrido, documentos y álbumes de fotos intervenidos que se alternan con imágenes de los autores. Vuelvo a la especularidad enfrentada, en ese encuentro entre yo y el espejo, lo especular como la capacidad de ser otro. Una tensión que permite resignificar la relación entre ambas imágenes, la confrontación como diálogo de toma de conciencia, una práctica discursiva que más allá del estadio del desarrollo psiquico con el que Lacan denominó la primera actitud de un niño frente al espejo, es la representación de la realidad. Representación de cómo se reformulan como sujetos estos últimos sajones. ¿Cómo puedo descubrir en ellos lo prefigurado de las imágenes que anteriormente reivindican un lugar histórico y cultural? La posibilidad de la restitución de lo perdido, de aquello a lo que han estado vinculados desde incluso antes de nacer, ¿cómo se vuelve a  un pasado que no sea escenografía y espectacularidad? En la aridez de esas imágenes, veo más de retrato místico que de sencillos retratos. Después de todo lo que anteriormente se ve/lee en el libro, en mi lectura, estas imágenes se vinculan a lo sagrado, renunciando a lo superfluo que pudiera tener un paisaje cultural que ya no es más eso porque no queda lo que estructuraba su existencia. Una reconstrucción personal que se enfrenta al espejo y se constituye como sujeto se pregunta, sin respuestas. Eso es lo que no dejo de mirar cada vez que tomo el libro y leo, la desnudez de esos sujetos tan parecidos a mi en su alteridad sacralizando lo cotidiano.

[1]Borges J. L., Poema Cambridge del libro Elogio de la sombra,Editorial EMECÉ editores. Buenos Aires, Argentina.1969)

[2].Martínez Pascual, Sáez Vincent, The Saxons of Transylvania, Overlapse, Reino Unido. 2019

[3].Martínez Pascual, Sáez Vincent , The tree of life is eternally green , Overlapse, Reino Unido. 2019

Página web: Pascual & Vincent: 

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