Tejer las redes y establecer los lazos de comunicación a través del arte, la música y el cine documental

Los artistas visuales, Mariana Rivera García y Josué Vergara, visitaron el País Vasco, como parte de una pequeña gira por Europa y con el fin de compartir una serie de documentales de la compañía productora Urdimbre audiovisual, los cuales se enfocan en el papel y el lugar del cine documental, del trabajo audiovisual y del arte ante la necesidad de reflejar las distintas realidades y, sobre todo, desde el punto de vista de quien la vive y sufre.

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Josué Vergara y Mariana Rivera. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Los documentales se presentaron en dos espacios culturales de Bilbao: el 4 de octubre, en el Hika Ateneo, se proyectó el documental Mujer. Se va la vida, compañera (2018), y posteriormente, el 9 de octubre en la Kultur Etxea Urazurrutia, además de dicho documental, se presentaron Telares sonoros (2014), Huellas: puntadas y caminares de la memoria (2018) y Huellas para la memoria (2016). Cada uno de estos trabajos se entretejen a través de varios hilos conductores, tales como los oficios, el trabajo artesanal y la vida de los barrios (sus expresiones, problemáticas y luchas). En este sentido, los documentales plantean la importancia de estas tradiciones y formas de vida como un medio para hacer perdurar la memoria y la riqueza cultural, pero también, un medio para denunciar las desigualdades sociales y las problemáticas que acontecen cotidianamente entre las clases más desfavorecidas.

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Durante la proyección de Mujer. Se va la vida, compañera. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Telares sonoros es una composición realizada con los sonidos durante el proceso del telar de cintura que realizan las tejedoras amuzgas del estado de Guerrero en México. En este sentido, como afirman sus realizadoras, el violín es un elemento de la música tradicional, que sirve de base para construir la narrativa que a su vez se acompaña de un poema recitado en lengua ñomndaa y traducido posteriormente al español. Todos estos elementos interactúan musicalmente con los sonidos derivados del proceso de elaboración de prendas, por ejemplo, el aplanado del algodón, el hilado, el urdido y el tejido. Se trata de un trabajo muy interesante en el que se conjuga imagen, sonido, música y poesía, para mostrar y dar a conocer parte de la identidad y expresiones de la cultura popular mexicana.

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Durante la proyección de Telares sonoros. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Por otra parte, Huellas: puntadas y caminares de la memoria es una memoria audiovisual que registra la exposición realizada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo en la Ciudad de México, en septiembre de 2018, reúne trabajos de mujeres de distintos colectivos y comunidades, tales como Argentina, Colombia, Ecuador, Chile-Irlanda del Norte y México. Esta exposición muestra una serie de telas bordadas, tejidos y otros objetos que parten del textil como eje principal para denunciar la desaparición de familiares y los feminicidios; creando un espacio de encuentro entre los distintos grupos de mujeres en el que comparten sus experiencias y se fortalece mutuamente para alzar la voz. Esto supone para estas mujeres, un motivo importante para seguir en la lucha y mantener la esperanza de encontrar a sus seres queridos, exigiendo que no haya más desapariciones. De esta manera con esta exposición, según expresan las participantes, es posible encontrarse con personas que están viviendo la misma situación, escuchar el dolor del otro y, por otra parte, la labor textil, el hilo y el bordado se hacen presentes como una manifestación artística que hace posible la unión en esa búsqueda interminable bajo lemas como: camino, resistencia, esperanza, compromiso, aprendizaje. En estas creaciones textiles, como expresa Mercedes Ruiz González del colectivo Caminando por justicia, se muestra la dualidad de la belleza y la representación de las crueldades mas fuertes de las que son capaces los seres humanos. Así de interesantes son también las palabras de Roberta Bacic, curadora de Conflic Textiles y una de las curadoras de esta exposición, quien afirma que las huellas no son solo los contenidos, sino las técnicas y la capacidad de distintos grupos de mujeres de hermanarse, acercase y experimentar para comprenderse en un mundo diverso en el que coexisten distintas culturas, formas, artes y disciplinas

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Durante la proyección de Huellas: puntadas y caminares de la memoria. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Huellas para la memoria registra el proyecto colectivo con el mismo nombre para una exposición itinerante a raíz de la Marcha del 10 de mayo de 2013, y en el cual, se observa el proceso de realización en el que el colectivo graba en las suelas de los zapatos de las personas que buscan a sus seres queridos, información proporcionada por los familiares sobre su desaparición y algunos mensajes que desean expresarles. Estas suelas grabadas se imprimen con tinta verde sobre hojas de papel y se exponen junto a los zapatos que han sido recolectados, procedentes de México, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras y Guatemala, y que fueron enviados junto con una carta. Así, se puede observar que se encuentran distintos tipos, como botas mineras, sandalias, zapatillas, etc. Cada uno de ellos indica a quién corresponde, ofreciendo datos como el lugar de desaparición, etc. De manera que los zapatos se convierten en un símbolo para denunciar las desapariciones que se producen por múltiples motivos, entre ellos, la desaparición de inmigrantes centroamericanos en la frontera mexicana. En este sentido, la búsqueda va mas allá de la creación artística como tal, pues, como afirma el propio colectivo de artistas, no se trata de un proyecto de arte, sino de denuncia, donde el grabado se reconstruye en pequeños pasos, para reflexionar acerca de la importancia de la memoria y no olvidar a los desparecidos, ya que esto, implica una derrota.

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Durante la proyección de Huellas para la memoria. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Mujer. Se va la vida, compañera, es un documental que enlaza la historia de tres mujeres que participan en los movimientos sociales de la Ciudad de México en los años setenta y que guardan una estrecha relación con la vida del artista León Chávez Teixeiro.  El título de este documental se inspira en una de las canciones más emblemáticas de Teixeiro y nos da a conocer una parte de su vida como rolero, hacedor de canciones que retratan de una manera particular y auténtica las luchas populares de las que ha sido protagonista. Sin duda, es un excelente documental cuya producción destaca por la fotografía, la animación y el diseño sonoro; así como por la música y las canciones de León Chávez Teixeiro que nos transporta por las distintas realidades del México de aquellos años. Este trabajo participó dentro de la programación de la séptima edición del Festival Viva México, Rencontres Cinématographiques del 2 al 8 de octubre de este año en París, tras un sin fin de presentaciones que han realizado por barrios y ciudades en México y otros países.

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Durante la proyección de Mujer. Se va la vida, compañera. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Uno de los aspectos fundamentales de las presentaciones que se llevaron a cabo tanto en Bilbao, como en otras ciudades, ha sido al termino de la proyección, al momento de dar paso a las preguntas y comentarios por parte del público asistente, lo cual, generó un diálogo ameno e interesantísimo con Josué y Mariana, quienes contaron su experiencia en el proceso de creación. Como reiteran en varias ocasiones, ese diálogo es lo que motiva y enriquece su trabajo, necesario para tejer las redes de comunicación a través de las diversas disciplinas y en las que el punto en común son todas esas luchas que suceden día a día en distintas partes del mundo.

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Durante la charla al final de las proyecciones. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

De esta manera, el telar y los medios audiovisuales se muestran como una forma de establecer el encuentro entre las distintas sociedades, generando conciencia y profundizando acerca de lo que sucede a nuestro alrededor. Una manera de activar la realidad del entorno más próxima y cotidiana, intentando transformar aquello que nos afecta a través de la creatividad y el arte, junto a otras disciplinas.

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Charla al final de las proyecciones. Kultur Etxea Urazurrutia. 2019.

Estos y otros temas como los que actualmente se suscitan en el mundo; como la desaparición forzada de los 43 jóvenes estudiantes de Ayotzinapa, de las migraciones masivas en los últimos años, de lo que sucede en Chile, así como otros tantos acontecimientos que vulneran indiscriminadamente los derechos humanos y de los que, en muchos casos, ni siquiera tenemos conocimiento debido a que la mayoría de los medios informativos tienden a mostrar una versión manipulada de la realidad, según los intereses de las clases dominantes que imponen su punto de vista; motivan este texto para dejar una reflexión en palabras de León Chávez:

nada es peor que no hacer nada. Este mundo es una red que se teje sin descanso. Sin el mínimo control de los mismos tejedores. Otra forma es necesaria. Y repito. Nada es peor que no hacer nada.[1]

Para terminar, desde este espacio de escritura se extiende la invitación a observar detenidamente estos y otros trabajos de Urdimbre audiovisual a través de los enlaces. Además, se comparte aquí, un enlace de audio con el título Primera parte: conversaciones con León Chávez, conversación telefónica grabada para el programa de radio Suelta la toalla, segmento especial de Suelta la olla, transmitido en Halabedi Irratia el verano de 2009 en Vitoria-Gasteiz.

 

 

 

 

 

 

[1] Chávez Teixeiro, León. No hay donde escapar. Urdimbre Audivisual, 2019, CD.

 

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