Esta segunda edición de Vis a vis organizado por colectivo Ant y Amaia Molinet ha tomado como centro de operaciones el parque de Doña Casilda, comúnmente conocido como ”Parque de los patos” para los que habitamos la ciudad y sobre todo, para los que hemos tenido en él, escenario de experiencias de vida.
Saioa Olmo y Raquel Meyers son las artistas que han entablado conversación en la última sesión de esta edición. En su propuesta de Vis a vis han querido involucrar al parque no sólo como escenario y excusa para hablar de sus propias practicas, sino también como sujeto activo en esa charla . En toda conversación hay, o debería, una reciprocidad, una voz que habla porque escucha al otro. En este caso la propuesta de Saioa y Raquel conlleva prestar atención a esta comunicación triangular aprendiendo a atender con todos los sentidos que esto implica. De esta conversación nos hicieron participes a todos los que allí nos reunimos invitándonos a lo largo de un recorrido diseñado por ambas a mirar, escuchar, pensar y tocar. La atención espacial y significación de las formas, olores y cambios, son algo habitual en este mismo escenario durante la infancia. Que esta realidad aun pervive, lo atestiguaban rastros con los que nos encontramos a la largo del recorrido. Muchas de las sugerencias de este vis a vis, nos recuerdan elementos que construían un sentido “cuasi” mágico, como las grietas hechas en el asfalto por un árbol que no cesa de crecer. Volver a estar cerca de lo inmanejable en una escucha atenta y sobre todo performativa, supone resolver alternativas frente a lo poderoso e indomable del mundo natural. Este “volver” nos da la medida de hasta donde permanecemos desafectados en nuestra cotidianeidad. ¿Tal es nuestra desvinculación de la naturaleza?.
Históricamente los entornos estaban adscritos a las personas que los habitaban. En un sentido comunitario construían un sentido y generacionalmente nos asomaban a la dimensión de espacio tiempo. Esta perdida tal vez sea una de las razones en las que se fundamenta el eterno presentismo del que habla Marc Fisher refiriéndose a las consecuencias del sistema capitalista. En propuestas como este recorrido nos conectamos con las formas caprichosas de los arboles y el territorio. Quizá comprendiendo, de la única manera que se comprenden los espacios orgánicos y en constante transformación, recurriendo al juego, al mito, y sobre todo a la construcción poética que permite que pongamos el cuerpo y todo lo que se suma desde el cuerpo.