DONE II

Por Rakel Gómez Vázquez.DONE 1

«El arte es aquello de lo que uno puede quedar impune».

Marshall McLuhan

Parte II

De momento, el mausoleo del Valle de los caídos resiste los embates del tiempo. Para unos un monumento a los caídos de guerra y un espacio para la reconciliación, para otros el último monumento en pie de exaltación al fascismo. En cualquier caso, los estudios de restauración hasta la fecha muestran que el coste de reparación es altísimo y sólo serviría para ralentizar un proceso que avanza imparable: el de su derrumbe por reacción química del agua al contacto con los materiales de construcción.

 

Teniendo en cuenta esta circunstancia es necesario recordar que la conservación como alternativa tiene tal aceptación social que, como ya hemos comentado antes, los estudios desde las instituciones se han dirigido sólo en esa dirección. Enfrentada a la conservación,“la eliminación”, ha sido un tabú a lo largo de la historia. Tiene tal consenso el concepto de “patrimonio cultural”, que la iconoclastia es un ejercicio que exceptuando episodios históricos puntuales obliga a que la destrucción deba buscar métodos y definiciones indirectos 1. La manera de hacerla factible suele ser el “abandono”, básicamente porque la enmascara. “Dos guerras mundiales han realizado  en el siglo XX una revolución completamente distinta por medio de la cual lo que antaño se consideraba “mantenimiento” y una inoportuna sangría de nuestros recursos ha pasado a ser en nuestra época ”conservación” y un deber cuasi sagrado para la civilización2

 

En casos como el que nos ocupa, las intervenciones y los debates ofrecen posturas encontradas. El peso simbólico del objeto no ofrece consenso y las sugerencias siempre aparecen sujetas a un discurso político que dificulta los diálogos posibles. Sin embargo, el arte vendría a ser el único espacio que posibilita el debate y la acción.

 

Recientemente pude leer un artículo de Isabel Cadenas, publicado en la revista Mongolia. Con ocasión del 20 N se propuso a cinco artistas que compartieran cada uno su propio proyecto de intervención sobre el mausoleo. La premisa era: «Como convertir un monumento fascista en un monumento contra el fascismo». Entre los proyectos presentados rescato el de Francesc Torres, cuya propuesta disponía que: Un avión de los que participaron en el bombardeo de Gernika, y que aún descansa en Sevilla, sea restaurado para que bombardee la entrada a la basílica y la cruz del Valle, dejando el paisaje en ruinas y la puerta sellada para siempre. Quedaría entonces el mausoleo habilitado como un nuevo monumento del cual un pedazo de cascote sería entregado al ayuntamiento de Gernika, para posteriormente colocar el avión en el Museo Reina Sofía junto al cuadro “Gernika”, de P. Picasso.

Esta propuesta, cargada de recursos narrativos que casi nos dejan sin aliento por lo rotundo de su intervención, nos permite como el resto de los proyectos generar un debate y elaborar construcciones llenas de sentido. Aunque se podría apuntar que no podemos materializarlas por el propio contexto, cabría preguntarse sin embargo si no es ya todo un ejercicio de acción el que ya hemos comenzado. En este sentido el arte habilita espacios donde el debate no se estanca, donde hay lugar para alternativas que escapan a la conservación e incluso al abandono, o incluso puede cargar ambas opciones de significado. Al hilo de las posibilidades plásticas de la escritura como método de creación e investigación charlamos en las pasadas jornadas sobre escribir en arte. Las posibilidades del texto y la escritura como herramientas creativas cuando lo que perseguimos no es un ejercicio literario.

 

Así el caso de nuestra primera parte, una narración que parte de la observación del espacio-lugar desde el cuerpo que genera una construcción en la que la ficción tiene un hacer y un saber. El texto fue el recurso para construir esta obra que no cesa y permanecía oculta e imparable; Es decir, señalar la ficción, no como un recurso literario, sino como la apropiación de algo que está sucediendo. Así, la imagen de lo que acontece pasa a ser algo que simbólicamente tiene tanto peso como el objeto mismo. Lo que sucede dentro no podía documentarse fotográfica o video gráficamente, ese fue el principio que buscó una solución creativa textual. La voz que pone el cuerpo señala los acontecimientos, se accionan, la ficción revela lo que permanecía oculto.

 

Las artes nos ofrecen instrumentos desde los que podemos trabajar sobre el predio, un espacio que actualmente se preserva intocable. Señalarlo en el sentido que nos permite señalar “la acción”, con herramientas conceptuales como los señalamientos de Greco Vivo-Dito dota  a este contexto y circunstancia “de un valor imprevisto y capaz de convertirse en obra de arte”. Este gesto, vinculado a las propuestas Duchampianas, nos permite apropiarnos de un acontecimiento y concederle un significado dado el poder simbólico del contexto. Construyendo desde un relato de lo observado, dejamos de ser sujetos pasivos, apuntamos un hecho al que podemos examinar con actitud crítica y reivindicar un estatus artístico como acto iconoclasta.

 

1.Gamboni Dario, La destrucción del arte.

2.Martindale, Iconoclasm or apathy?

 

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