Fragmento de «La línea de producción de la crítica» de Peio Aguirre.

La crítica de arte no fue nunca una actividad libre de presiones, salvo cuando el crítico no tenía nada que perder y no estaba interesado en absoluto en labrarse un futuro. Hoy no queda nadie que no necesite labrarse un futuro. Y el crítico de arte se sitúa en la terrible encrucijada de querer nadar y guardar la ropa. Cabe añadir que solo las y los artistas, por lo general pobres y tristemente vocacionales, están en una situación de mayor dependencia. Al fin y al cabo si el crítico juega bien sus cartas, podrá sobrevivir a las modas.

Fragmento del texto de Peio Aguirre.

 

 

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