
[…]“Entiendo el arte en su más amplio sentido. Le doy el mismo valor a una exposición, un álbum de cromos o un disco si son buenos. Por eso, me da pena que los dibujos de una artista se queden en una sala de exposiciones, y no lleguen al público del cómic, por ejemplo”. Novelas de bolsillo, folletos publicitarios, cuentos ilustrados… Pueden llegar a ser obras de arte en sí mismas, según el personal criterio de Garikoitz Fraga. “El libro puede ser un arte como pueden serlo el cine, la escultura o la danza”, sentencia.[…]
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