«Hubo tiempos, aún no muy lejanos, en los que la alegre progresía sólo juraba por el expresionismo abstracto, y las obras de esta corriente pictórica acaparaban las paredes de las galerías. Un puñado de ismos (que no itsmos, pues eran verdaderas islas fuera de las cuales no había salvación) de sesudas denominaciones, intentaban, con mayor o menor fortuna, reclamar para sí un puñado de alcayatas. La figuración en pintura se replegaba hacia sus cuarteles de invierno. El Pop-Art la recuperó brevemente para comentar irónicamente la sociedad de consumo y el hiperrealismo lo hará pretendiendo una representación superior al modelo»
Xabier Aurtenetxe. Munich, mayo 2010. (Artículo completo PDF)